13 de noviembre de 2014

En la bañera.

Se lava el pie. Se queda hipnotizado.

-Mirá mamá! Mira este pie, estos deditos! Mirá este, el más chiquitito! Miraaaaaaaloooooooo, queee chiiiiquiiiitiiiiiitoooo! Ay, que chiquito que es, le quiero dar un besito, puedo?
-Si, dale un beso si querés.

(Aca arranca toda una serie de mañobras acuaticas y yoguis intentando besarse el dedo chiquito del pie).

-Ay, no llega este chiquito. Ay, no llega hasta aca.

(Llega. Alegría. Emoción. Se besa el dedo chico).

-Que lindo. Chiquito como un bebito. Como yo cuando estaba en tu panza ¿no?
-Si, cuando eras muy muy muy chiquitito, creciste en mi panza.
-¿Y cómo salí de tu panza? ¿Por dónde?

Bueno, señoras, señores, tírenme harina de centeno. Me recibí de madre de niño grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario